lunes, 30 de enero de 2012

Piedad del inocente


Jose Angel Alvarez Cruz

Hoy conocí de seis muertos más en otro accidente allá por Cienfuegos y debo admitir que estas noticias me asustan, porque por más códigos nuevos, leyes del tránsito y programas educativos que aparezcan, la accidentalidad no declina.
Sucede que yo también manejo y aunque por lo general soy un fiel cumplidor de lo establecido, también he cometido alguna que otra infracción, aunque nada escandaloso, tal vez porque amo la vida y siempre ansío llegar a casa.
Yo admito que temo por mi hija, por mi familia y amigos, porque si unimos a las malas condiciones de muchas carreteras -hasta cuando-, más o menos parecidas a las de algunos vehículos, a las malas prácticas al volante, el resultado no puede ser menos que fatal.
El sábado casi ante mis ojos un camión de transporte de pasajeros se salió de la vía y fue a dar a una zanja, fueron doce los lesionados, pero pudo ser mucho peor. Al final los especialistas dictaminaron que se partió una de las barras de la dirección.
Luego de esa explicación no puedo más que imaginarme lo que hubiera sucedido en el caso de uno de esos “arrebatados” que pasan los 120 kilómetros por hora en autopistas o carreteras rurales, cargados hasta el tuétano de pasajeros. Una verdadera carnicería humana como alguna que otra vez ya ha pasado.
Ojalá simplemente la conciencia popular supere un día la necesidad ineludible de abordar estos transportes o tal vez los chóferes podrían tener tan solo PIEDAD DEL INOCENTE

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